El buceo es una actividad placentera y agradable, sin embargo también puede desencadenar situaciones delicadas. Conforme vamos acumulando inmersiones es posible que tengamos algún susto bajo el agua que nos derive en miedo a volver a sumergirnos.
También es posible que tengamos un miedo intrínseco a bucear, algo interno que nos frene y que nos impida disfrutar de esta maravillosa afición.
El miedo o pánico al buceo es un sentimiento que, tanto los buzos profesionales como los principiantes, pueden sufrir en algún momento.
Situaciones de pánico en el buceo
En mi caso, he tenido varios sustos bajo el agua que hacen que tus dudas se despierten en las próximas inmersiones. Una vez en Maldivas, sufrí un barotrauma que hizo que mi cabeza diera vueltas como si me hubiera tomado 5 copas, mi oído derecho no compensaba correctamente en medio de una inmersión con tiburones de puntas blancas.
Otra vez ascendí como un globo por llevar poco peso en plena parada de seguridad, cuando empezaba a bucear. Tuvieron que sujetarme mis compañeros.
Si lo comparamos con lo que Karlos Simón explica en su libro, esto que acabo de explicar son, simplemente, anécdotas. Según relata en su libro Tratando de Tiburones (el cual recomiendo para cualquier amante del mundo submarino), su glotis se le cerró y le impidió respirar en medio de una situación muy comprometida.
Si queréis conocer más detalles de la historia, os dejo un enlace de su libro.
Lo que intento explicar es que las situaciones comprometidas bajo el agua pueden suceder en cualquier momento y es normal que entremos en un ataque de pánico y miedo que nos pueda limitar nuestro deseo de continuar buceando.
En este artículo me gustaría dar algunas claves para superar el miedo a bucear, unas claves que me ayudaron en su momento cuando tuvo problemas de confianza y dudaba de si bucear era una actividad segura. Vamos con ellas.
Entender la situación y el problema
El pánico es una respuesta tanto fisiológica como psicológica a lo que el cuerpo percibe como una situación de peligro. Hay personas que tienen pánico al océano y sus pulsaciones aumentan de forma incontrolable cuando se meten en el agua pero hay buceadores que han sufrido un experiencia negativa que provoca un miedo que antes no tenían.
Cuando sufrimos una situación de pánico o un susto bajo el agua, la primera sensación es un aumento de la frecuencia cardíaca, lo que nos genera mayor consumo de aire. Esto genera a su vez una acumulación dióxido de carbono (CO 2 ) en el organismo.
Estos procesos fisiológicos pueden convencer al cerebro de que algo no va bien. En ese caso, el cerebro aumenta la reacción, envía hormonas del estrés y convence a los pulmones y al corazón de que trabajen aún más.
Esto puede convertirse en un círculo vicioso, convirtiéndose en una respuesta de pánico que empeora aún más la sensación inicial, ya que sabe que la respiración rápida puede agotar la botella en cuestión de pocos minutos.
Por ello, es importante entender la situación y averiguar que ha provocado el pánico. Algunas de las causas más comunes son:
- Un accidente / incidente de buceo anterior que experimentaste
- Una situación / entorno al que te enfrentaste por primera vez (por ejemplo, poca visibilidad, corriente rápida, agua fría, etc.)
- Equipo nuevo o diferente (por ejemplo, diferentes aletas, mayor peso, neopreno más grueso, etc.)
- Equipo mal ajustado
- Demasiado equipo
- El impacto del agua fría
- Sobreesfuerzo
- El estrés en su vida se acumula a un nivel crítico
- La falta de sueño
- Una combinación de lo anterior
Aumentar la confianza con buceos fáciles
Si experimentas una mala inmersión, lo normal es que la sesanción de pánico aumente. La confianza desciende y tenemos una impresión de no controlar la situación. Por ello, es importante continuar buceando en situaciones controladas para ir ganando confianza y superar el pánico generado por una situación negativa.
Nos metemos en el agua después de haber seguido todos los pasos necesarios para experimentar una buena inmersión: descanso, chequeo de equipo de buceo, compañero e instructor de confianza, etc.
Poco a poco iremos ganando profundidad, siempre que tengamos una sensación positiva de que controlamos la situación. La intención es volver a coger ritmo y estar relajado, para aumentar la confianza bajo el agua.
Comparte el problema con tu instructor y compañeros
Si has sufrido una mala experiencia bajo el agua, compartirla te hará ganar en confianza. Es importante que la compartas con tu instructor, el cual te apoyará y estará pendiente de ti de forma más explícita en las próximas inmersiones.
Los instructores nos hemos enfrentado a muchísimas situaciones complejas bajo el agua, por lo que conocemos las sensaciones después de una experiencia traumática o negativa. Déjate asesorar y comparte tu experiencia para que tu divemaster te ayude.
Si además compartes la experiencia con tus compañeros, seguro que ellos te contarán las suyas y te darán consejo y apoyo para superarlas.
No tengas prisa en sumergirte
Métete en el agua, pero si estás alterado, te aconsejo que dediques unos minutos a calmarte en superficie antes de descender. Coméntaselo a tu instructor y compañero de buceo, no hay nada de malo en esperar un poco hasta tenerlo todo claro antes de sumergirte.
Una vez hagas el descenso, intenta hacerlo lentamente y cogiendo sensaciones positivas. Lo has hecho muchas veces y sabes que es una actividad que controlas.
Bucea con un buen equipo de buceo
El equipo de buceo influye en cómo te sientes durante la inmersión, por ello debemos elegir aquel que se adapte a nuestro modo de bucear. Lo ideal es comprar un equipo de buceo propio pero si sois más de alquilar, te recomiendo que lo comentes antes con el instructor y lo pruebes antes de sumergirte.
Un equipo de buceo mal ajustado puede potenciar las sensaciones de claustrofobia bajo el agua y limitar los movimientos, creando inseguridad. Esto ocurre mucho en jackets o en trajes de buceo que son de una talla menos a la que necesitamos.
Por otro lado, la máscara de buceo es primordial a la hora de sentirnos cómodos bajo el agua. Elige aquella máscara de buceo que esté correctamente sellada y se empañe lo menos posible. Acuérdate de echar líquido o spray antivaho o unos buenos escupitajos a los cristales antes de sumergirte para evitar que se empañen.
También el peso es importante para la inmersión, intenta ir equilibrado teniendo en cuenta el peso de la botella, el grosor del traje, etc.
Shock por agua fría
A veces surgen ataques de pánico fruto de la respuesta fisiológica de nuestro cuerpo cuando nos sumergimos en aguas frías. El contacto con el agua fría aumenta la frecuencia respiratoria y puede provocar una respuesta de pánico.
Hay buceadores que prefieren mojarse la cara o incluso meterse al agua sin equipo para que el cuerpo se vaya acostumbrando a la temperatura del agua. Al bucear en aguas frías, llevamos un equipo más pesado y robusto que limita los movimientos, por lo que es fácil agobiarse en cuanto nos lanzamos al agua.
Gracias al reflejo de inmersión, se ralentiza la frecuencia cardíaca y se contraen los vasos sanguíneos cuando el agua fría nos toca la cara. Esto puede afectar a la respiración, por lo que es importante adaptar el cuerpo antes de bucear en aguas frías.
Evita el sobrecalentamiento
El exceso de temperatura corporal antes de una inmersión aumenta la sensación de asfixia. Evita el sobrecalentamiento en tierra con los siguientes métodos:
- Reduce el tiempo con el traje y el equipo puesto.
- Evita el sobreesfuerzo encontrando formas más fáciles de ponerse un traje (ayuda de un compañero)
- Deja la parte superior de tu traje alrededor de tu cintura hasta el último minuto.
- Vierte un poco de agua agua dentro del traje de neopreno. Si usas un traje seco, mójate la cabeza con un poco de agua.
Ayuda profesional
A veces, la mejor manera de abordar una experiencia traumática o un pánico recurrente es obtener apoyo profesional.
La mayoría de situaciones traumáticas bajo el agua no suelen derivar en problemas tan graves pero, en algunas situaciones, es recomendable hablar con un psicólogo o psicóloga que nos instruya través de las técnicas para lidiar con el pánico y nos ayude a regresar al agua con confianza de una vez por todas.